Carta al programa de tv
Pero nada más comenzar me llevé una gran desilusión al ver que los protagonistas de vuestra nueva aventura iban a ser, una vez más, militares de las brigadas de alta montaña del ejército español. No sólo eso, sino que además iba a ser un homenaje a sus años de dedicación a la montaña y la colaboración con vuestro programa, aprovechando vuestros 25 años de expediciones.
Siento deciros que me decepcionó bastante. Para mí las brigadas de militares no representan en absoluto los valores de superación y amor a la naturaleza que su programa siempre intenta enseñarnos. Como ejemplo, personajes como Martínez de Pisón, muy venerado por muchos aragoneses que llevamos una larga lucha por salvaguardar el Pirineo y con el que ustedes han colaborado en defensa de las montañas de Aragón en enclaves como “Espelunziecha”.
A mi modo de ver, los militares, no dejan de ser unos funcionarios públicos que practican nuestra mayor afición a costa de nuestros impuestos, pero que su fin no es el montañismo propiamente dicho ni el respeto de la montaña, sino la preparación para la guerra y la destrucción. No es raro darte un paseo por el valle del Aragón –donde ustedes finalizaron el último programa- y toparte con un batallón de militares armados hasta los dientes mientras tú intentas disfrutar de la naturaleza. O teniendo que aguantar sus típicos comentarios machistas al cruzarse con alguna compañera en el camino. O cuando en pleno descenso de una ascensión con esquís de montaña te encuentras con un batallón que acaba de dejar un telesilla y desciende con esquís y escopeta en mano.
En vuestro reportaje incluso hacéis referencia a las grandes instalaciones del acuertelamiento de Candanchú, llegando a confundir las imágenes con el de Jaca. Cosa que a mi modo de entender no tendría que ser ningún motivo de orgullo. Y es que, cómo os he comentado, dicho valle es un ejemplo del belicismo con que siempre se ha tratado las montañas aragonesas. Desde inmensos cuarteles en mitad de la montaña, pasando por Candanchú, Rioseta, Ciudadela, Santa Cilia o el mismo Jaca, hasta el colmo de la inseguridad con un bunker de no se sabe qué contenido, en mitad del precioso circo de Rioseta, donde no es difícil ver a los sarrios correteando a su alrededor. Por no hablar de las ruinas militares de Coll de Ladrones (repletas de vías de escalada) y de refugios y túneles restos de la posguerra.
Militares que para nada asientan población en los olvidados pueblos pirenaicos porque tal y como vienen, de todas partes del Estado, se acaban yendo. Jóvenes, muchas veces, que se alistan en la brigada de alta montaña, atraídos por estas montañas, pero que acaban involucrados de lleno en batallones de la OTAN en las guerras de Afganistán, Irak o Kosovo.
Hace unos meses tuve la ocasión de escuchar una de sus charlas, con motivo de la apertura del curso montañero en el Club Alpino Universitario de Zaragoza. En ella desde luego que no transmitieron ninguno de estos valores de guerra y patria que el ejército alardea. Allí dejaron caer que no estarían eternamente en el mismo canal televisivo…, sólo espero que en próximas temporadas no haya ninguna obligación, si es que alguna vez la hubiera habido, para seguir contando con tales funcionarios.
Un saludo montañero!!
Carta enviada en contestación al último programa emitido:
La carta fue posteriormente contestada por el director del programa Sebastián Alvaro
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